La doctrina básica y fundamental de nuestra iglesia será la norma bíblica de la salvación completa, que es el arrepentimiento, el bautismo en agua por inmersión en el nombre del Señor Jesucristo para perdón de pecados, y el bautismo del Espíritu Santo con la señal inicial de hablar en otras lenguas según el Espíritu dé la palabra.
La Biblia es la Palabra infalible de Dios y la autoridad para la salvación y la vida cristiana (véase 2 Timoteo 3:15-17).
Hay un solo Dios, que se ha revelado como nuestro Padre, en su Hijo Jesucristo, y como el Espíritu Santo. Jesucristo es Dios manifestado en carne. Él es a la vez Dios y hombre. (Véase Deuteronomio 6:4; Efesios 4:4-6; Colosenses 2:9; 1 Timoteo 3:16.)
Todos hemos pecado y necesitamos la salvación. La salvación viene por gracia mediante la fe, basada en el sacrificio expiatorio de Jesucristo (ver Romanos 3:23-25; 6:23; Efesios 2:8-9).
El evangelio salvador es la buena noticia de que Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó. Obedecemos el evangelio (2 Tesalonicenses 1:8; 1 Pedro 4:17) mediante el arrepentimiento (muerte al pecado), el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo (sepultura) y la recepción del don del Espíritu Santo (resurrección). (Véase 1 Corintios 15:1-4; Hechos 2:4, 37-39; Romanos 6:3-4.)
Como cristianos, debemos amar a Dios y a los demás. Debemos vivir una vida santa interior y exteriormente, y adorar a Dios con alegría. Los dones sobrenaturales del Espíritu, incluida la sanidad, son para la iglesia de hoy (véase Marcos 12:28-31; 2 Corintios 7:1; Hebreos 12:14; 1 Corintios 12:8-10).
Jesucristo vendrá nuevamente para arrebatar a su iglesia. Al final habrá una resurrección final y un juicio final. Los justos heredarán la vida eterna y los injustos la muerte eterna.